miércoles, 19 de mayo de 2010

Una anécdota

Hace unos años asistí a parte de una charla sobre la lectura que dictara el escritor Daniel Pennac en la Alianza Francesa.
En un momento Pennac nos cuenta que cuando era profesor les pedía a sus alumnos que memorizaran un fragmento de un libro para luego recitarlo en clase. Me imaginé la rabia que esos alumnos deberían de haber sentido... Y recordé la mía cuando a fin de año tenía que recitar una poesía en el examen oral de la Alianza (después de haber aprendido seis o siete de memoria) . O la rabia que me daba cuando llegaba el momento del dictado o cuando lo maestra nos hacía hacer las planas. Pero mucho me sorprendió que Pennac nos diera ese ejemplo supuestamente para incentivar la lectura.

¿Cómo es esto? ¿Placer u obligación?

Luego entendí cuando nos contó una anécdota:
"(Me) encontraba en el hall de espera de un aeropuerto cuando de repente un piloto se me acerca y me dice: "¿Cómo le va profesor?". No reconocí a esa persona ya entradita en años...que comenzó a recitarme un fragmento de "Los tres mosqueteros". Luego me dice: "Gracias a Usted cuando conecto el piloto automático leo." Y entonces le contesto: "Me tranquiliza mucho si Usted es el piloto del avión en el que voy a viajar..."